Tarot y Armonía: Cómo los 22 Arcanos Mayores se Traducen en Música

Una exploración creativa entre el simbolismo del Tarot y las progresiones armónicas inspiradas en la teoría neoriemanniana y el cine.

jun 14, 2025

¡Buahhhh que m’a quedao pedante el título!

Hay decenas de canciones y temas inspirados en el tarot, o dedicados directamente al Tarot. Tantas como músicos y compositores. Una buena muestra de ello tenéis si seguís a Juan Didier en Instagram, donde suele compartir auténticas joyitas musicales.
Digo esto porque la música es un lenguaje complejo, con su gramática, su sintaxis, y también su semiótica. Y como éste es el rollito que me va de vez en cuando, tenía pendiente remangarme y meterme con ello.

Aviso a navegantes. Para llegar a donde quería llegar, el paseo es algo más largo de lo habitual. Pero al final llegamos al Tarot, nos os preocupéis. Y tampoco es la subida al Everest. No seáis remolones, y dadme la manita, que os acompaño.

Amoh al lío!

Tarot y Semántica

Hablando de semántica y de semiótica, y sin saber mucho de ello, quienes me seguís sabéis que en mi concepción del Tarot, cada arcano ancla cierto campo semántico, en base a los símbolos que contiene. Incluso, en base a esos símbolos —a su presencia y ausencia— es posible, comparando todos los arcanos entre sí, como sugerían Tchalai Unger, Cousté y otros grandes, establecer objetivamente grados de asociación entre arcanos, familias, clústeres… Gracias al machine learning —de esto sí sé un poquito— podemos hacer cientos de comparaciones simultáneas, como hice aquí:

Tarot y Machine Learning. Gramática oculta de los Arcanos Mayores.

Sergio Gata Trigaza ⭕️

May 22

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Esto nos ayuda a matizar y profundizar en esos campos semánticos, y en la propia estructura autocontenida de estos cartoncillos pintados.

Lenguaje Musical y Tarot

Volviendo a la música. Dedicar una canción o una obra entera a un arcano es todo un trabajo de desarrollo, de imaginación. Haciendo un paralelismo con el lenguaje, es como escribir un libro.

Ahora bien, mi pregunta en este contexto es:

¿Es posible encontrar elementos musicales mínimos que podamos asociar a la semántica de los arcanos mayores?

Es decir ¿podemos hablar de lexemas, semas, etc., pero en el plano musical, y buscando asociaciones con los 22 arcanos mayores del Tarot? —ya veis que me vengo arriba yo solito…—

Semiótica Musical ¿Eso existe?

Suena complejo. Y no es tarea para un solo post. Pero juguemos un poquito con la idea. Está claro que desde hace siglos se han asociado elementos musicales a significados concretos. El modo mayor, por ejemplo, se asocia a sentimientos de alegría, y el modo menor a sentimientos tristes. Podemos concretar más: el ejemplo más manido, y más comprensible son los leitmotivs wagnerianos: pequeños fragmentos que suenan siempre que aparece un personaje o elemento determinado en sus óperas.

Del mismo modo, determinados giros musicales, por cliché cultural, son asociados a determinados sentimientos. ¡Nos vamos acercando!
¿Y quién es responsable en buena parte de los clichés musicales que nos llevan a determinados lugares mentales y sentimentales? El cine, amigos míos, el cine. O mejor dicho, los compositores de bandas sonoras, apoyados en la tradición musical del romanticismo tardío.

¿Por qué tiene el cine tanta culpa de esto? Pensemos en la inmediatez necesaria. No estamos escuchando una sinfonía en el teatro, desprovista de otros elementos sensitivos. Estamos viendo unas imágenes, y la banda sonora tiene que ser capaz, en segundos, de reforzar el mensaje. ¿Os resulta familiar esto de las imágenes y las asociaciones? Pues es un poco lo que pretendo hacer aquí.

Escuchando las emociones

Desde luego, intervienen multitud de elementos musicales: la música se compone de ritmo, melodía y armonía. Cualquier melodía, hasta la más sencilla, tiene elementos rítmicos (sucesión temporal), y armónicos (estos últimos implícitos). Luego está el tema del color (instrumentos elegidos, orquestación…). Vamos, toda una vida de estudio la del compositor.

Pero hay un elemento central común a todo ello: la armonía —la superposición de tres o más sonidos simultáneos, que incluso en una melodía a una voz está implícita—.
Es decir, la sucesión de acordes .Si habéis guitarreado alguna vez, maumeno pilláis el concepto.

Pequeño recordatorio:

Acordes mayores: alegres.
Acordes menores: tristes.

Esta es la convención super-reduccionista y simple que se puede hacer. Pero necesitamos algo más, porque distintas secuencias de acordes provoncan sensaciones distintas cada una de ellas.

Transformaciones Neoriemannianas y Tarot (nunca pensaste que podrían compartir frase).

Afortunadamente, no soy el primero en pensar en estas cosas. Y se ha escrito y analizado mucho sobre cómo los compositores de bandas sonoras ponen un acorde detrás de otro, y qué sentimientos y asociaciones provoca eso. Y ése ha sido mi hilo de Ariadna.

Desde el punto de vista del análisis armónico, la teoría que nos va a ayudar hoy es la de las transformaciones neoriemannianas —ya siento tanto palabro raro hoy, pero tranquilos que enseguida llegamos al Tarot, con mandanga de la buena. Tened fe—.

¿Oiga, eso qué eh?

Es una operación matemática que nos permite transformar de una manera determinada un acorde de tres notas en otro distinto. Y resulta, ¡oh casualidades del destino! que determinadas transformaciones, el oído occidental las tiene asociadas o interiorizadas a determinadas sensaciones, tópicos, sentimientos… ¡¡¡BINGO!!!

Por ponerlo sencillo: [acorde A –> transformación –> acorde B] <– significado. Ya estamos a las puertas del laberinto.

Por supuesto, si en el lenguaje la frontera entre campos semánticos es difusa, igual o más lo es en el lenguaje musical, que está en otro plano de abstracción. Por lo que la propuesta que viene a continuación no es ni mucho menos fija ni inamovible —lo mismo que si decimos que el arcano del Enamorado son decisiones, así, con nuestras gónadas—.

Pero quería establecer ese nivel de reducción, a partir del cual poder jugar.
De hecho, mis elecciones, aunque fundamentadas en la bibliografía, y en mi propio oído —que no es malo, oiga— están mediadas por cómo entiendo y siento la música por un lado, y los arcanos por el otro.

En cualquier caso, mi mente racional, y musical, ha intentado poner un poco de estructura y orden, y proporcionar una justificación y argumentación de los porqués.
No describiré más detalles de la teoría neoriemanniana ni cuestiones armónicas, porque no es el objetivo —y además no quiero que me asesinéis, ni los tarotistas, ni los músicos que me podáis leer por aquí—.
A continuación os argumento mis decisiones, y pongo ejemplos sonoros de todo ello.

Todo Queda En Familia

Para que me cuadre todo un poco, he organizado los 22 arcanos mayores en grupos, en parte según sus características semánticas y en parte según la semántica de las transformaciones neoriemannianas correspondientes. Como cualquier interpretación, más que discutible. Pero es la mía, oiga.

Cadencias (Los Arcanos del Trono Y Alguno Más)

Aquí, hay cuatro arcanos seguiditos, sentados en un trono. A todos ellos, movimientos que den sensación cadencial —esto es el chimpún de toda la vida, para los no músicos—. Al emperador, cadencia perfecta, clásica. A la emperatriz, algo parecido, un poco más arcaizante.

Emperador

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